Recién llegados

LA RECIÉN LLEGADA

Conociéndote

El carácter de nuestra nueva ratita puede ser muy diferente al de las ratas que ya tenemos o no ser lo que esperábamos. Muchas veces, este carácter depende de la procedencia del animal, por lo que existen dos casos generales diferenciados:

​La ratita viene de una protectora o una casa de acogida dedicadas: Puede que al principio, nuestra ratita se muestre asustada o desconfiada, pero es algo normal con el cambio. Al cabo de pocas horas o días, se mostrará sociable y juguetona, pues ha sido tratada con cuidado y se ha socializado con esmero en su estancia en la protectora o casa de acogida, o se ha rehabilitado durante todo el tiempo que ha sido necesario hasta conseguir un carácter confiable y sociable.

​La ratita viene de una tienda de mascotas, un macrocriadero, un particular o una camada destinada a alimento: En estos casos, los animales no se manipulan correctamente ni son socializados en su infancia, por lo que pueden mostrar inseguridad, miedo, agresividad… Tendremos que esforzarnos más en estos casos.

Para acostumbrar a nuestra nueva mascota a su nuevo hogar debemos armarnos de paciencia. No podemos olvidar que está en un lugar nuevo, con gente nueva, nuevos olores… No debemos desesperar en ningún momento, ni dar la socialización por perdida.

​Los dos o tres primeros días deberemos dejarla tranquila, en su jaula, con comida, agua, juguetes y un lugar que le sirva para esconderse si así se siente mejor. En esta madriguera podemos poner una tela con nuestro olor, si es una camiseta vieja, habiéndola llevado antes puesta, o si es una tela, durmiendo con ella. Así, la ratita irá acostumbrándose a nuestro olor sin que sea algo traumático para ella.

 

Pasados estos días, podemos comenzar a introducir la mano en la jaula, dejando que sea ella quien se acerque a olernos o se suba a nuestra mano. No debemos forzarla a hacerlo ni tenerle miedo. Es posible que en ocasiones veamos que puede intentar mordernos, pero casi siempre será para “probar” si nuestra mano es algo comestible. En estos casos, no debemos retirar la mano, pues si lo hacemos podemos agravar este comportamiento. Si nuestra ratita no pareciera estar preparada para dar este paso pasados los primeros días, esperaremos un tiempo extra antes de proceder a ello. El ritmo que sigamos siempre debe estar marcado por los animales y no por nosotros mismos.

​Una vez la ratita confíe en nosotros dentro de su jaula, podemos probar a sacarla a jugar en un lugar pequeño y sin peligros, como un sofá, una cama, un pasillo con todas las puertas cerradas, etc. Así, ella podrá investigar, pero también comenzará a subirse a nosotros para olernos, conocernos y juguetear entre nuestra ropa.

Siempre debemos tratar al animal con respeto y cariño, por muy mal que pueda reaccionar con nosotros, pues desconocemos qué situación le ha llevado a mostrarse como se comporta. Debemos ser pacientes y dejarles el espacio que precisen.

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